En esta entrada veremos una forma clásica de salir jugando desde el arquero cuando el otro equipo intenta presionarnos. Este mecanismo o principio ha sido bastante utilizado por diferentes técnicos a lo largo del tiempo pero quizás el más característico sea Guardiola. La idea detrás es bastante sencilla. Cuando nuestro equipo quiere salir jugando desde el arquero, fijamos tres jugadores en posiciones de ataque, ojalá en mitad de cancha. Eso obliga al rival a mantener cuatro jugadores marcando a los tres nuestros. Esos cuatro jugadores de campo más el arquero rival hacen cinco en total, es decir, en nuestro campo hay ocho jugadores nuestros versus seis del rival.
¿En qué se traduce esto? Que en nuestra mitad de cancha siempre habrá (necesariamente) dos jugadores libres para construir la salida, probablemente el arquero y uno de campo. Luego, lo que hay que hacer en todo momento, es encontrar al jugador de campo libre.
En esta entrada lo ilustramos con dos equipos que juegan con un sistema 4-3-3, pero no es relevante. Si esa distribución cambia, el principio es el mismo. Por ejemplo, si la pelota la tiene uno de nuestros centrales, pueden ocurrir las siguientes cosas (en todos los casos se entiende que los volantes nuestros se mueven apropiadamente para facilitar la salida):
- Le sale a marcar el 9 rival. En este caso, el otro central es probablemente el hombre libre y la pelota puede (debe) ir a él.
- Le salta alguno de los extremos rivales. Si es así, el hombre libre será el lateral correspondiente.
- El que sale a marcar es el 10 rival, entonces el volante central de nuestro equipo estará libre.
Por supuesto, esto que suena sencillo en la teoría, es complicado de llevar a la práctica ya que implica realizar pases peligrosos. Allí la importancia de contar con jugadores que sean buenos técnicamente en las posiciones defensivas. Esta es una de las razones de la obsesión de algunos entrenadores con los arqueros que juegan bien con los pies.
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