Tercer hombre

 En esta entrada hablaremos del concepto de "tercer hombre", una idea clave de los equipos muy posicionales (Guardiola, Cruyff, Xavi, etc.). El concepto aplica más claramente en la fase ofensiva del juego, aunque en realidad se puede usar también en la construcción, y lo que se busca es crear superioridad numérica en algunas zonas de la cancha, utilizando un tercer hombre.

Pensemos, por ejemplo, que nuestro equipo (fichas blancas) está atacando y el rival nos defiende con dos líneas de cuatro. Ya hemos superado la presión de los delanteros y la pelota la tiene nuestro volante central, como se ve en la siguiente imagen.


 Lo que se busca, a partir de esta situación, es avanzar en la cancha dejando a nuestros jugadores de frente al arco. Cuando la pelota la tiene nuestro número 6, lo normal es que le salte algunos de los volantes centrales rivales (6 u 8), haciendo imposible conectar directamente con nuestro número 8 o 10 respectivamente. 



Ahí es donde necesitamos un tercer hombre, que puede ser nuestro 9. La pelota irá al 9, que está de espaldas, y este le rebotará la pelota a nuestro número 8, que ahora está de frente al arco y hemos creado superioridad en la zona derecha del área rival (nuestro 8, 7 y 9 versus 4 y 5 contrario).


Por supuesto, pueden haber variaciones. Por ejemplo, si al apoyarnos en nuestro 9, este tiene la capacidad para girarse y atacar al central, ya estaríamos en una posición de 1 contra 1 o 2 contra 2 a la entrada del área. Dependerá de las características de los jugadores. 

Una posible jugada de definición, que se suele llamar "cuarto hombre", es usar esta posición ventajosa de nuestro número 8 para habilitar a nuestro número 11, que a priori no está participando de la jugada. Es decir, desde esta misma posición que estamos viendo en la imagen anterior, lo que ocurre es que el puntero izquierdo nuestro mete una diagonal hacia el área. Realizar esto exitosamente requiere que nuestro número 8 sea capaz de meter un pase a la espalda del 3 rival, como se ve en la siguiente imagen.


Otra variación que en lo personal me gusta mucho, es cuando se usa esta idea para romper agresivamente con un puntero o lateral. Supongamos misma situación inicial de antes, es decir, nos defienden con un 4-4-2. Y la pelota la tiene nuestro lateral derecho (2). 




Desde esa posición, nuestro puntero derecho (7), puede recogerse un poco al centro para recibir de espalda el pase del 2, atrayendo un poco al lateral contrario (5). Nuestro lateral realiza ese pase y corre por la banda.



Nuestro puntero, que está de espalda, entrega el balón a nuestro número 8 que ahora está de frente para completar la "pared" con nuestro lateral.



Desde esa posición el lateral puede centrar o tratar de combinar nuevamente con el puntero. Lo que hicimos es, en esencia, lo mismo que antes. Crear superioridad numérica en una zona de la cancha, en este caso, 8-7-2 versus 5-11 rival.

Como mencioné anteriormente, esta idea de "tercer hombre" también se puede usar en la construcción de juego. Supongamos que estamos saliendo y nos presionan. Lo usual es que los equipos rivales dejan libre al central que es más malo técnicamente. O sea, la situación inicial es como vemos a continuación.




A nuestro central (3) le gustaría jugar con nuestro 6 para que quede con la cancha de frente. Naturalmente, no puede hacer porque tiene al 10 rival adelante. Lo que se hace entonces, es apoyarse en nuestro interior (8) que le rebotará la pelota al 6.



Incluso, si el central es valiente y bueno técnicamente, se puede usar de pivote al número 9 en caso de que nuestro 8 esté muy bien marcado. Esto es algo que solían hacer algunas versiones antiguas del Barcelona.


Notemos que, en esta última versión, se rompe la presión rival y si no hay un re acomodamiento rápido del equipo rojo, el número 6 blanco queda con mucho panorama hacia adelante pudiendo, por ejemplo, meter un pase al 11 blanco.

En resumen, la idea del tercer hombre sirve tanto para la construcción de juego como para finalizar ataques, y no es otra cosa que distraer para crear superioridad numérica en la misma zona de la cancha o sorpresa en la zona contraria.

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